Magníficas imágenes y datos nuevos sobre la vida de las estrellas en diferentes etapas de su evolución: gracias al telescopio infrarrojo AKARI.


Desde su lanzamiento, en Febrero de 2006, AKARI, una misión de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) en la que participa la ESA, ha estado trabajando sin descanso y ha producido ya sorprendentes imágenes del Universo infrarrojo. Los nuevos resultados que se presentarán esta semana en la reunión anual de la Sociedad Astronómica Nacional de Japón muestran regiones de intensa formación estelar; estrellas en la etapa final de sus vidas; restos de supernovas nunca antes detectadas en el infrarrojo; galaxias distantes; y núcleos de galaxias activos que albergan agujeros negros, rodeados por nubes de gas molecular.


El primer conjunto de resultados de AKARI presentados en este artículo trata de la evolución del material interestelar en las galaxias, lo que comprende el ciclo de formación estelar; los remanentes de supernovas –restos de las catastróficas explosiones con que las estrellas muy masivas acaban su vida—; y la pérdida de masa de las estrellas gigantes rojas.
Las estrellas nacen en las regiones más densas de las nubes interestelares de gas y polvo. Los fenómenos que desencadenan el proceso de formación estelar son múltiples y complicados, y entre ellos es especialmente importante la compresión de las nubes interestelares por las ondas de choque resultado de las explosiones de supernovas y por la intensa radiación emitida por estrellas muy masivas. Las estrellas nacidas en esas nubes evolucionarán y eventualmente llegarán a ser supernovas o gigantes rojas, con lo que aportarán el material necesario para la siguiente generación de estrellas.

Los datos de AKARI han proporcionado una visión como nunca se había obtenido hasta ahora de la formación de galaxias a lo largo de la historia del Universo. Mediante observaciones a longitudes de onda específicas (15 micras) los astrónomos pueden detectar la luz infrarroja que la galaxia emitió realmente hace seis mil millones de años, cuando era joven y atravesaba una etapa de intensa formación estelar.