Kutaragi, de 56 años, conocido como "el padre de la PlayStation", se retira después de que la nueva PlayStation 3 haya entrado en el mercado con un menor impacto de lo que se esperaba con respecto a la Xbox360 de Microsoft y la consola Wii de Nintendo. Kutaragi inventó la PlayStation original en 1994 y la PlayStation 2 en 2000.
Kutaragi, que dejará su puesto en junio, fue marginado del manejo cotidiano de Sony Computer Entertainment en diciembre, cuando fue designado presidente y director general del área. Entonces, Kazuo Hirai fue nombrado presidente global y director de operaciones. Ayer fue promovido a director general de grupo de SCEI.La PlayStation 3 de Sony ha sufrido problemas para penetrar los mercados globales a pesar de su lanzamiento sin precedentes el mes pasado en Europa, en tanto que la consola rival Wii sigue vendiéndose bien. Ayer, Nintendo reportó que las fuertes ventas del Wii le ayudaron a duplicar las ganancias operativas del grupo y busca duplicar las ventas globales de Wii a 14 millones de unidades. Debido a los altos costos de producir el PS3, Sony sigue sufriendo pérdidas en cada consola vendida y Goldman Sachs estima que no registrará ganancias con la consola hasta el próximo año.
Se considera que Hirai, que trabajó durante años en Estados Unidos con la SCEI, tiene fuertes relaciones de trabajo con fabricantes de juegos de Estados Unidos, Europa y Japón, y se considera que está mejor preparado para reparar las tensas relaciones con las compañías de juegos, que fueron adversamente afectadas por los repetidos retrasos en el lanzamiento del PS3.
También se sabe que tiene una buena relación de trabajo con sir Howard Stringer, director general de Sony. Kutaragi se mantendrá como "presidente honorario" de la SCEI. "Estoy feliz de graduarme de la SCEI tras introducir cuatro plataformas de la familia PlayStation", señaló ayer Kutaragi.
Sony indicó que Kutaragi "ha decidido perseguir sus sueños más allá de PlayStation y acelerar su visión sobre las redes".
El retiro de Kutaragi podría ser indicio de un viraje drástico en la estrategia corporativa, con Sony cambiando el énfasis de tal forma que la generación actual de consolas de juego será la última como fabricante de hardware.
