Y digo a medias porque ha quedado claro y meridiano que Gates es a Microsoft como Windows al PC. Es decir, que no se entiende a esa Compañía sin su presencia y aunque "no ejecutivo" estará. Está y estará allí siempre. Esto es lo que ocurrió:
En una ceremonia de despedida realizada en la sede de Microsoft en Redmond (Virginia, EEUU), Bill Gates, pasaba a ser Pesidente no ejecutivo del Consejo de Administración.
Se reunió en el escenario con el presidente ejecutivo Steve Ballmer (EN LA FOTO).
"No habrá un día en mi vida en que no piense en Microsoft y las grandes cosas que está haciendo, y en querer ayudar", dijo Gates, que derramó lágrimas al tiempo que el grupo de empleados se puso de pie para ovacionarlo.
Gates seguirá trabajando en la empresa en proyectos especiales de tecnología.
Ballmer habló sobre cómo pensó en renunciar a Microsoft apenas un mes después de haber llegado para volver a la Universidad de Stanford. Bill le imploró que se quedara y estableció la visión de la compañía. "¡No lo entiendes! Vamos a poner un ordenador en cada escritorio y en cada hogar", fue la frase que según recordó Ballmer dijo Gates para convencerlo.
Gates y Ballmer recordaron los muchos pasos que Microsoft dio para evolucionar desde un inestable inicio hasta alcanzar más de 90.000 empleados que hacen desde consolas de videojuegos a software para ordenadores.
La pareja rememoró las batallas contra el titán de la industria informática International Business Machines (IBM), un antiguo socio que se convirtió en rival cuando lanzó un sistema operativo para competir con el estandarte de Microsoft, Windows.
Bill Gates también reconoció "un error" al no darse cuenta antes de cómo el negocio de la búsqueda y la publicidad en Internet, ahora dominado por Google, transformaría la industria.
"Me gusta ese tipo de cosas donde la gente subestima a Microsoft", dijo Gates. "Sí, cometemos errores y lo sabemos, pero nos resarcimos y aprendemos de ellos. Mucho de nuestro mejor trabajo proviene de ello", concluyó.
"No habrá un día en mi vida en que no piense en Microsoft y las grandes cosas que está haciendo, y en querer ayudar", dijo Gates, que derramó lágrimas al tiempo que el grupo de empleados se puso de pie para ovacionarlo.
Gates seguirá trabajando en la empresa en proyectos especiales de tecnología.
Ballmer habló sobre cómo pensó en renunciar a Microsoft apenas un mes después de haber llegado para volver a la Universidad de Stanford. Bill le imploró que se quedara y estableció la visión de la compañía. "¡No lo entiendes! Vamos a poner un ordenador en cada escritorio y en cada hogar", fue la frase que según recordó Ballmer dijo Gates para convencerlo.
Gates y Ballmer recordaron los muchos pasos que Microsoft dio para evolucionar desde un inestable inicio hasta alcanzar más de 90.000 empleados que hacen desde consolas de videojuegos a software para ordenadores.
La pareja rememoró las batallas contra el titán de la industria informática International Business Machines (IBM), un antiguo socio que se convirtió en rival cuando lanzó un sistema operativo para competir con el estandarte de Microsoft, Windows.
Bill Gates también reconoció "un error" al no darse cuenta antes de cómo el negocio de la búsqueda y la publicidad en Internet, ahora dominado por Google, transformaría la industria.
"Me gusta ese tipo de cosas donde la gente subestima a Microsoft", dijo Gates. "Sí, cometemos errores y lo sabemos, pero nos resarcimos y aprendemos de ellos. Mucho de nuestro mejor trabajo proviene de ello", concluyó.
