Los resultados del trabajo se han hecho públicos en la reunión anual de la Sociedad Americana de Microbiología en Boston.
Los primeros prototipos probablemente incluirán un filtro provisto con ARN de interferencia que podría eliminar los patógenos a medida que el agua pasara a través de él. Los autores señalan que estos filtros probablemente necesitarían reemplazarse de forma regular aunque podría crearse un sistema que no requiriese dicho reemplazo.
La tecnología, denominada ARN de interferencia, utiliza pequeños fragmentos de material genético que se emparejan, como lo hacen una cerradura y una llave, a los correspondientes segmentos de un gen al que se dirigen. Cuando estos pequeños fragmentos entran en una célula y atacan al correspondiente segmento, pueden inhibir o bloquear la acción del gen al que se dirigen. Este método se está utilizando en aumento como una herramienta de investigación biomédica pero no se había aplicado antes a temas ambientales.