Desde la Agencia Europea del Espacio (ESA) me cuentan que según los datos adquiridos por los satélites indican que la concentración de dióxido
de nitrógeno en las capas más bajas de la atmósfera ha disminuido en la última
década sobre Europa y los Estados Unidos. Por tanto, con más de 15 años de observaciones
ininterrumpidas ahora se permite identificar tendencias en la calidad del aire.
La monitorización de la contaminación atmosférica desde el espacio comenzó
con el lanzamiento del satélite ERS-2 en el año 1995, y con su instrumento GOME,
diseñado originalmente para medir los niveles de ozono en la atmósfera.
Estos estudios continuaron con los sensores SCIAMACHY a bordo de Envisat, OMI
en el satélite Aura de la NASA, y GOME-2, instalado en el satélite MetOp de
EUMETSAT.
Estos instrumentos nos revelan que, a lo largo de la última década, los
niveles de dióxido de nitrógeno han disminuido sobre Europa y los Estados
Unidos, pero han aumentado en Oriente Medio y en algunas regiones de Asia.
Estos resultados fueron presentados en la conferencia ‘Advances in Atmospheric
Science and Applications’, celebrada recientemente en Brujas, Bélgica.En este evento, organizado por la ESA, se analizaron las técnicas para la
teledetección de gases traza en la atmósfera, para el estudio de nubes,
aerosoles y gases de efecto invernadero, y para la monitorización de la calidad
del aire.
Las misiones Sentinel-4 y -5, parte del programa europeo para la Monitorización
Global del Medioambiente y la Seguridad (GMES), continuarán recogiendo datos
sobre la química atmosférica, fomentando el desarrollo de servicios específicos
para monitorizar la calidad del aire sobre Europa.