En resumen afirman que ganan entre 3 y 100 euros por robar los datos de una tarjeta de crédito; las botnets infectadas se venden por millares y su precio oscila entre los 30 y los 140 dólares. En realidad los kits de malware son los más lucrativos y pueden llegar a ganar hasta 1.500 dólares por su venta.