La CLAVE DE TODO ES SENCILLA: se permite a los Estados MIEMBROS efectuar inspecciones, imponer multas y decretar a las compañías el cese de prácticas ilegales.
Se da vía libre a combatir desde las curas milagrosas a los abusos en reservas hoteleras, la publicidad por el móvil o las cartas que ofrecen premios inexistentes.
El asunto está en manos de la colaboración de y entre los ESTADOS y en las de Meglena Kuneva (en la foto), comisaria de la Protección de los consumidores; le queda mucho trabajo por delante.